Creative Commons

sábado, 5 de diciembre de 2009



El la amaba.
Ella solamente lo sabia.
El no solo le prometia la luna y las estrellas
sino que se las daba.
Le cumplia cada capricho lanzado al viento
cada palabra celosamente callada
y cada deseo de las 11:11
Ella no le pedia nada
y el le daba su universo.
En sus sueños ella le pertenecia.
En su mundo ella le pertenecia a la noche.
El no entendia que el mismo no era el problema.
Ella tampoco lo era.
Llamalo quimica
llamalo amor.
Llamalo destino o falta de el.
Pero la cosa es que
hay veces que un cuento nisiquiera puede empezar
y aunque siempre se siente mejor culpar al otro
aveces solo creamos en nuestra mente la imagen
de que el cuento si ocurrio.
Hay tiempos en los que
simplemente,
tenemos que aprender
que el negro no es necesariamente malo
y el blanco no es forzosamente bueno,
pero en verdad nada importa
por que al final
todo depende,
desde que cristal lo veas.
La verdad es
que aveces
ninguno tiene la culpa.


(En la mayoria de las cancions de amor, cuentos, o poemas,
siempre se culpa a alguien, lo que queria demostrar es que no somos culpables,
simplemente somos humanos.)