Creative Commons

miércoles, 20 de enero de 2010


Extraño que estuvieras enamorado de mi
y yo no lo supiera.
Que no supiera interpretar tus suspiros.
Que la igenuidad me rodeara
y tu la saborearas,
como algodon de azucar,
tal y como tus palabras.
Que el mundo fuera nuestro
en vez de que se centrara en nosotros.
Extraño cuando vacilabas
y elegias cada palabra con cuidado
cada oracion con recelo
cada mirada con prudencia
y cada punto antes del final.
Extraño no tener que cuidar mi postura,
mis acciones, mis brazos y mis recuerdos.
Extraño la ignorancia,
y tu te alivias de que ya no la tenga.